La pequeña cala de Es Portitxol es una de las más recónditas de la isla de Ibiza. Se llega a ella tras caminar 30 minutos por un precioso caminito que bordea la costa y que permite apreciar bellas vistas.
El otoño es la estación ideal para llevar a cabo esta excursión, ya que aún hace buen tiempo para bañarse en el mar y ya no hace tanto calor para la caminata. Para llegar hasta Es Portitxol tendremos que conducir hasta Sant Miquel y girar por la carretera que va a Sant Mateu hasta llegar a la urbanización Isla Blanca, en la que hay que entrar. Una vez que veamos que el asfalto se vuelve de peor calidad tenemos que aparcar el coche y empezar a bajar a pie. Es recomendable ir bien provistos de agua y llevar buen calzado.
La vista que vemos desde arriba ya es muy buena. A partir de ahí encontramos un caminito de tierra delimitado con valla de alambre. Tenemos que seguir todo el rato por este sendero. Desde ahí podremos ver perspectivas espectaculares de la costa norte de Ibiza. Se trata de un camino de tierra, perfectamente marcado.
A estas alturas, todavía entre los pinos típicamente mediterráneos, divisamos Es Portitxol, con sus casetas varadero. Cada vez estamos más cerca. Se trata de una cala increíble, con aguas color turquesa, como si fuera una piscina natural. Ya estamos en Es Portitxol, un refugio de pescadores, con casetas de pescadores. El ambiente es típicamente ibicenco y tradicional, con los pescadores y sus barcas. Las casetas se sitúan rodeando la cala, en forma de media luna, en mitad de un paisaje increíble y casi siempre muy tranquilo.
Es ideal para aquellas personas que buscan sitios recónditos y tranquilos donde poder relajarse. Muy recomendable para los amantes del senderismo. Una vez en la cala, es recomendable llevar cangrejeras u otro tipo de calzado adecuado para entrar al agua porque es una cala de piedras, tanto en la parte exterior, como dentro del mar. Es ideal para aquellos a los que le guste practicar snorkel por los preciosos fondos marinos.
