Santa Eulàlia des Riu es uno de los municipios más concurridos de la isla pues aquí se hallan un sinfín de lugares interesantes por visitar y encontramos el acogedor pueblo costero de Santa Eulàlia, principal población del norte de la isla.
Esta zona es ideal para las familias y las personas que buscan hospedarse en la parte más tranquila de la isla pero sin prescindir de un fácil acceso a distintos servicios. Déjate fascinar por los encantos de esta zona visitando los sitios clave de cada pueblo que aquí te mostramos, un paseo del que seguro no te arrepentirás.
Santa Eulàlia
Santa Eulàlia es un extenso pueblo situado en la parte norte que se despliega a los pies de Puig de Missa en cuya cima encontramos su espectacular iglesia fortificada, una de las más bellas de la isla. Pasear por este monte te permitirá observar al pueblo en todo su esplendor desde una perspectiva privilegiada. Y en este lugar también se ubica el Museo Etnográfico de Ibiza albergado en una casa típica ibicenca conocida como Can Ros. Aquí podrás profundizar en la cultura ibicenca llena de tradición y siempre vinculada al campo y al mar. Se trata de un lugar muy completo con una amplia muestra de instrumentos, vestimentas, herramientas y demás objetos que ayudan a comprender mejor la auténtica Ibiza.
Sant Carles
En el norte de la isla encontramos pueblos con encanto como es el caso de Sant Carles, uno de los que recibió más influencia hippie en los años 70. Y esto se hace patente en muchos aspectos del pueblo, pero probablemente el más significativo sea el Mercadillo de Las Dalias, un lugar de encuentro para artesanos, lugareños y turistas. Este es uno de los mercadillos más icónicos del mapa ibicenco y en él encontrarás todo tipo de artesanía original además de un ambiente sin igual con música, comida y en las noches de verano, espectaculares conciertos y fiestas. Sin duda, un lugar muy completo en pleno campo ibicenco.
Jesús
Jesús es uno de los lugares preferidos de la isla a la hora de buscar residencia pues conserva el carácter pueblo pero se encuentra muy próximo a la ciudad, dándole una vida de lo más cosmopolita que lo convierte en un lugar muy frecuentado durante todo el año. De este pueblo cabe destacar el atractivo de su iglesia, una de las más bellas de la isla y construida en el siglo XV. En ella se encuentra un retablo gótico de importante valor artístico, obra de Rodrigo de Osona y su hijo. Otro elemento que le da unos matices únicos a esta población es la proximidad de Ses Feixes, un antiguo conjunto agrícola que caracteriza el paisaje que se puede contemplar desde el pueblo.
Santa Gertrudis
Este encantador pueblo del interior es uno de los lugares más transitados de la isla durante todo el año. Esto se debe a la diversidad de locales que encontramos en este pueblecito en apariencia pequeño, pero que esconde sugerentes y variadas propuestas gastronómicas además de tiendas de moda con mucho estilo. Y entre todos estos locales destaca el más mítico de la plaza del pueblo, el conocido Bar Costa abierto desde 1963 por la familia Roig Pi. Este lugar cobra cierta importancia dentro del mapa de la isla gracias a la historia que hay detrás. Lo que un día fue lugar de refugio para los campesinos en días de lluvia o fin de semana, en los años 70 se convirtió en un local frecuentado por los hippies de aquella época que en muchos casos pagaban las deudas del bar con obras de arte que aun en la actualidad cuelgan en sus paredes como testimonios de una época gloriosa. El otro aliciente que lo convierte en un lugar de paso obligado son sus bocadillos de embutidos de primera calidad, un sabor difícil de igualar apto para cualquier hora del día.