Desde Sant Carles de Peralta, a unos 6 km en dirección a la costa nordeste y a la playa de Pou des Lleó podemos acceder por carretera, siguiendo las indicaciones y prestando atención a los desvíos, a una playa de reducidas dimensiones y enclavada en un entorno íntegramente natural, Cala Mastella. Uno de los lugares más únicos y pintorescos de la isla de Ibiza.
Cala Mastella está ubicada en la desembocadura de un pequeño arroyo, entre formaciones rocosas cubiertas por un denso pinar. Una playa de arena fina nacarada de origen natural y aguas transparentes, alternada por rocas, con pendiente suave y poca profundidad. El mar permanece totalmente en calma gracias a la protección de los acantilados. En cuyos fondos marinos podemos contemplar un bello jardín acuático lleno de colores y colmada por todo tipo de especies autóctonas, muy apta para la práctica del snorkel.
Más que una playa, es un rincón familiar y de ambiente marinero donde pasar un tranquilo día de sol y playa. Rodeado de vegetación y casetas varadero, en cuyo interior los pescadores de la zona guardan sus embarcaciones y aparejos. Asimismo, existe una pequeña cala localizada más hacia el interior de la orilla, ocupada en su mayor parte por embarcaderos, de difícil acceso pero encantadora. Por otra parte, Cala Mastella ofrece servicio de hamacas y sombrillas, un pequeño chiringuito al final de la playa y en definitiva, naturaleza en estado puro. Un lugar ideal para descansar, donde predomina el silencio y una brisa marina suave.
Descendiendo por un estrecho camino que bordea la orilla izquierda de la cala, llegamos a uno de los chiringuitos míticos de Ibiza, el restaurante Cala Mastella, más bien conocido por “Can Bigotis”, particularidad física de su fundador, Juan Ferrer. Un pequeño lugar de aires marineros al borde del mar que ofrece una auténtica experiencia gastronómica autóctona, “el bullit de peix y arroz a banda”. La característica más peculiar para elaborar este exquisito plato de pescado ibicenco, es que sus propietarios actuales, Miguel y Ana, la hija del Bigotes, se encargan de ir a pescar los peces de roca necesarios cada mañana en su “llaut”. Al mediodía empiezan atender a los clientes y a partir de las 14.30 horas en punto, sirven su único y suculento plato, hecho en cocina de leña, “el bullit”. Se recomienda ir a primera hora al restaurante al no aceptar reservas anticipadas.